Relato 1: Introducción, nudo y desenlace
Hace muchos años, nació un bebé precioso, su madre se había quedado embarazada con 17 años, por lo que tuvo que cuidar al niño con la ayuda de sus padres, es decir, los abuelos del niño. A medida que el niño fue creciendo su madre entraba y salía por la puerta cada día con un hombre distinto, lo cual tenía desconcertado al pequeño. Hasta que, un día, cuando el niño pensó que nunca iba a tener un padre, su madre llegó con un señor alto y apuesto a su casa. La madre reunió a toda la familia, ¡Quería contarles la gran noticia!, se casaba con ese hombre a finales de mes. Los abuelos del niño se alegraron mucho y el niño más todavía. Entonces, aquella noche el niño preguntó a su madre que si ese era su padre de verdad, la madre le contesto con cara triste que no pero que le iba a adoptar y tendría más hermanitos.
Tal y como la madre prometió el nuevo padre del niño le adoptó y más tarde tuvieron un hermanito, el niño, que ya era casi adolescente, le hizo mucha ilusión. Pero al poco tiempo su nuevo padre y su madre discutieron y se separaron. El niño tenía la cabeza loca, no sabía lo que estaba pasando. Cuando llegó a bachillerato, su madre se volvió a casa y tuvieron una niña preciosa. Nuestro protagonista ya no pudo aguantar más y le preguntó a su madre que quién era su padre de verdad, que ya era suficiente mayor para saberlo, la madre se puso muy seria y le dijo que ella no sabía quién era su padre de verdad porque cuando se quedó embarazada era muy joven y la habían metido algo en la bebida.
Relato 2: Descripción y diálogo
- ¡Cómprame! ¡Cómprame!
Era navidad, hacía mucho frío, todo el mundo paseaba por la calle, una pequeña, agarrada del brazo de su padre para no perderse, oyó una vocecita y se paró en seco delante de un escaparate. Miró a través del cristal y allí estaba.
Una muñeca, precintada, muy bonita, tenía el pelo rizado moreno, los ojos azules como el mar, la piel blanca y reluciente. Vestía de invierno con una bufanda de lana al cuello, un abriguito de plumas azul, unos pantalones de pana y unas botas para la nieve. Al lado del precinto de la muñeca había más vestiditos para las distintas estaciones del año. Uno marrón para el otoño, uno con muchísimos colores para la primavera y un bañador para el verano. Arriba justo del precinto ponía que la muñeca hablaba, por eso la niña había oído cómprame.
- Papá, ¡yo quiero esa muñeca para reyes! ¿La puedo poner en la carta?
- Hija, esa muñeca es solo publicidad y no creo que si se la pides a los reyes te la traigan porque con mirarla se rompe, ¿no ves que la están intentando vender?
- Pero papá..... Bueno yo la pongo y luego si la traen mejor
- Si, hija, si
La niña escribió su carta adornada con dibujitos de navidad para que los reyes la leyeran y al día siguiente la niña se levantó de la cama de un salto con su pijama rosa de cuadros y a través del sol cegador que entraba por la ventana, un 6 de enero, vio su muñeca precintada y tan bonita como la recordaba.
Relato 3: Parte de un microrelato:
- Pero... ¡Qué haces aquí!- preguntó el chico muy insistente
- ¿Qué pasa, no te hace ilusión?
- Si pero, tú vivías en la otra parte y.... no entiendo cómo has podido llegar hasta aquí y encima en el mismo instituto que yo
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